La política económica en su enfoque electoral de la
economía se sustenta en la denominada teoría electoralista la cual toma en
consideración el desempeño económico y su impacto en los procesos electorales
de cada país. Para analizar esto se descansa en dos elementos fundamentales de dicha
teoría; por un lado está el ámbito económico, por el otro, está el ámbito
político.
En el ámbito económico se pondera el hecho de que
los gobiernos actúan con restricciones económicas que reducen la posibilidad de
expandir los objetivos de estabilidad de precios y elevar la tasa de empleo, por
igual los electores se sienten más cómodos con el crecimiento económico antes
que ser atrapado por elevados niveles de inflación y desempleo, en tanto el
gobierno maneja la economía mediante el uso de instrumentos de política económica,
enfocado por el lado de la demanda.
No existen
evidencias empíricas que sustenten tales argumentos en ningún país del mundo y
solo responden a apreciaciones propias de la especulación y a intereses subjetivos
particulares, pues si la elección responde a las vías establecidas por la
democracia, entonces, los objetivos e instrumentos de la política económica lo
que ponen en evidencias es un modelo cíclico de los procesos electorales. Por
tanto, no se debe olvidar que los electores toman en consideración el comportamiento
reciente de la economía al momento de ejercer el sufragio, aunque estos
difieren sus preferencias en función de los resultados económicos. A 24 meses
de las elecciones 2016, tres empresas encuestadoras han realizado mediciones de
preferencias electorales que tienen una correlación con lo explicado. En efecto,
en común los resultados arrojados ponen de manifiesto que el país va en una
dirección correcta con una valoración de un 58.3%, en lo cual se expresa que la
estabilidad de precio y el empleo no registran altas preocupaciones, que el PLD
se consolida con un 56% como el favorito de los electores frente a un rezago de
un 34% del PRD, donde Miguel Vargas está fuera de competencia e Hipólito Mejía
no tiene partido, en tanto, el expresidente Leonel Fernández supera el 50% para
competir a lo interno y externo de su partido superando a cualquier competidor.
En cuanto al ámbito político, la teoría electoralista
parte del supuesto de que los partidos políticos que tienen el control del
gobierno tienen como objetivo primario su prolongación en el poder, por las
vías legales y constitucionales, el mayor tiempo posible. Esto significa que
los partidos con vocación de poder emplean energías en el pragmatismo electoral.
La teoría electoralista parte de un escenario donde
solo existen dos partidos políticos en competencia, por un lado está el partido
de gobierno y, por el otro, el partido de la oposición. En tal sentido los electores
se inclinarán a favor del partido de gobierno si este logra un crecimiento
económico satisfactorio, estabilidad de los precios y baja tasa de desempleo.
Por el contrario elegirán al partido de la oposición si las variables señaladas
registran un deterioro progresivo
durante la gestión de gobierno.
Bajo este enfoque los partidos políticos en el poder
tienden a emplear los instrumentos de política económica cuya ejecución estará
en función de lo cercano o lejano que esté la celebración del torneo electoral.
Por tales razones la teoría electoralista invoca la política económica en
función de la proximidad o lejanía de las elecciones. Pues para permanecer en el poder, el gobierno está
obligado a ejecutar una política económica expansiva en lo fiscal, renunciando
a la austeridad, mantener la estabilidad macroeconómica y una tasa de desempleo
inferior al patrón de comportamiento.
Estos criterios rompen con los argumentos simplistas
de que se abusa del poder en tiempos electorales y que la permanencia en el
poder de un partido desgasta al mismo o que se está frente a la incubación de
una dictadura de un partido único.
Por igual, el presidente Danilo Medina es valorado
por su buena gestión de su gobierno, pero inhabilitado por la constitución para
competir. El PLD sigue siendo favorecido por el electorado, fruto de la
acumulación de 10 años consecutivos de estabilidad macroeconómica, con el periodo
histórico más largo de crecimiento del PIB y estabilidad de precio. Esto en
armonía con la práctica son lo que dentro del ciclo político-económico han
generado; la denomina teoría electoralista racional y se manifiesta a través de
la capacidad del manejo eficiente de la economía y en adición nos encontramos
con una oposición, el PRD, sin una agenda temática que exprese las aspiraciones
del electorado, en tanto, los grupos de la sociedad civil son dirigidos por militantes
políticos ocultos que rompen con la vocación de estas organizaciones y la inexistencia
de candidatos emergentes. Esa es la lectura detrás de las encuestas.
El autor es economista
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