viernes, 11 de julio de 2014

Opinion.-Economía y finanzas mundiales.-

Por Daris Javier Cuevas.-
 
En las tendencias económicas y financieras de los grandes países, se puede apreciar que la dinámica de la economía mundial es cada vez muy compleja y con grandes recupercusiones en las economías emergentes como consecuencia del grado de dependencia que estas tienen de los países industrializados y sus imponentes mercados financieros, los cuales  trazan las orientaciones de los objetivos de desarrollo y la política económica de estos.


Por tales razones podemos establecer que si no se entienden las tendencias económicas y financieras de las grandes potencias económicas tampoco se logra entender cuál es el modelo económico que adoptan los países de economías emergentes. Más aun, el crecimiento económico y la dinámica del modelo económico en que estas economías descansan están condicionados por el desempeño de las grandes potencias económicas si se toma en consideración la importancia que para estos países tienen las exportaciones, la inversión extranjera directa, los mercados internacionales de capitales y los efectos derivados de la especulación en los mercados de los comoditties y los precios del petróleo.


El acelerado crecimiento e importancia de los mercados internacionales de capitales está explicado por el impulso que los gobiernos de las grandes potencias económicas le dieron a estos durante las décadas de los 80s y 90s que iniciaron un proceso sostenido de desregularización de sus tipos de cambio y de sus mercados de capitales, la admisión de las casas de bolsas extranjeras, en Tokio en 1985. Pero todo este proceso de desregularización impulsó una rápida y veloz integración del capital y de los mercados financieros internacionales que encontró su base de apoyo en el proceso de globalizacion financiera que ha provocado un encogimiento geoeconómico y financiero mundial de los mercados.


La aceleración de todo este proceso de desregulación financiera en el mundo fue impulsada por Londres, a partir de 1986, cuando en sus mercados financieros se eliminaron todas las trabas normativas para la compra y venta de títulos de rentas fijas y rentas variables en la bolsa de valores, al tiempo que desde entonces en toda  Europa se permite a las entidades financieras realizar operaciones de banca comercial y banca de inversión. Es a partir de estas decisiones que los mercados financieros se han convertido en la mayor atracción de capitales financieros extranjeros y ser los más abiertos y competitivos del mundo, con un mercado de divisas que comercializa el 87% de estas. Es en ese contexto que se interpreta que el proceso de desregulación de los mercados financieros han generado una gran competencia de los servicios financieros cuya mayor expresión la encontramos en las crecientes innovaciones financieras que han invadido el  mercado mundial de capitales mediante la introducción de múltiples instrumentos financieros, como las opciones y los futuros de divisas. Es la desregulación financiera que ha estimulado que los mercados financieros estén penetrados de cantidades impresionantes de acciones que se cotizan en estos mercados emitidos por las grandes empresas del mundo como son la Sony, Toyota Motor, Fiat, British Petroleum, IBM, GM, cuyas negociaciones se desplazan con facilidad a las diferentes bolsas de valores más importantes, creándose así un mercado especulativo sorprendente en el mundo y que ha dado paso a la denominada economía de casino.


Dos elementos se incorporaron a este movimiento de capitales internacionales que han venido a contribuir a la consolidación y concentración de estos. Por un lado, el avance asombroso de la tecnología de la información como soporte a la expansión electrónica de estos capitales, en tanto, por el otro, el surgimiento del Euro en 1999 en una zona de integración monetaria que arrastra a más de 400 millones de consumidores y que ha significado un desplazamiento del uso del dólar de USA, en estos mercados, lo que se traduce en una pérdida de la importancia económica de EEUU y un  avance indetenible hacia un mundo económico multipolar que sugiere la presencia de un sistema financiero sustentado en un esquema multidivisa, predominado por el dólar norteamericano, el euro y por el yuan.


En efecto, en los últimos años, la importancia del dólar de EEUU como coeficiente de las reservas mundiales, ha registrado una significativa contracción al pasar de un 71% en el 2000 a un  60,6% en el 2013, situación que está explicada en una alta proporción en el hecho de que las autoridades europeas y chinas están obligando al uso de sus respectivas monedas en las todas operaciones. A esto se agrega el repunte económico del hemisferio sur del planeta cuyo comercio internacional ha pasado de un insignificante 6% del volumen total del comercio internacional en la década de los 80s a un sorprendente 15% al 2013.

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