martes, 24 de febrero de 2015

Opinion: ¿Hacia dónde vamos en la vida?



Por Ketty Féliz:
En nuestro diario vivir  nos esforzamos por superarnos y adquirir cosas  que nos permitan  tener estabilidad en todos los aspectos de la vida. Para eso, nos proponemos hacer todo lo que está a nuestro alcance, sin importar cuánto podamos esforzarnos;  pero en realidad, ¿estamos en el camino correcto? ¿Qué tan realizados podríamos llegar a ser bajo estas sendas?

En una ocasión, alguien me preguntó  acerca de las prioridades que tenía en mi vida, a lo que contesté   con una respuesta de múltiples opciones, y no muy convincente. Esa persona me aclaró que si no había pensado  mejor en enfocarme y concentrarme en aquellas cosas que si eran mi prioridad. Es decir,  todos los elementos que conforman nuestra existencia son importantes,  pero que el eje principal de la vida consiste en detenerse a pensar en lo  que  es realmente prioritario, en la herramientas fundamentales que me permitirán alcanzar lo que realmente busco en la vida para que las cosas me salgan bien, y no en la monotonía de trabajar hasta el cansancio sin rumbo fijo sin saber  hacia dónde me dirijo.

Un ejemplo de esto, son aquellos individuos que terminan una carrera universitaria, y luego inician otra, pero al mismo tiempo hacen una o más maestrías o especialidades. Al final,  ¿son  individuos más prósperos que aquellos que terminaron una carrera y priorizaron en especializarse en la misma y ser súper buenos en esta? Tal vez la respuesta sería que sí, pero esto no ocurre en la mayoría de los casos. Lo más probable,  porque no existe un rumbo fijo en su vida profesional. Sin duda, una mente plena no podría igualarse jamás a una mente llena.

En el momento no entendí el análisis de aquella persona, pero luego me detuve a pensar y comprendí,  tanto tiempo me la había pasado haciendo diferentes actividades, adquiriendo diversas orientaciones,  pero si un enfoque que se adaptara a las necesidades que realmente eran más importantes que otras en vida.

 Comprendí, ¿de qué me había servido  esforzarme por hacer cosas que en realidad no producirán cambios en mi vida? ¿Por qué debo estudiar francés si en realidad mi trabajo me pueden ascender de puesto si aprendo sobre edición de videos o puedo ganar dinero extra haciéndolo? ¿O Por qué debo comprar un carro, si en realidad lo que necesito es montar ese negocio que tanto he soñado? Priorizar es la respuesta.

Debemos organizar nuestras  prioridades de acuerdo a las cosas que signifiquen cambios relevantes en nuestra vida espiritual, profesional, personal, y familiar. Y una vez categorizados trabajar en forma ordenada y apasionada en crear cambios que nos permitan ser más felices, estables y mejores en lo que en realidad nos gusta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario