En
nuestro diario vivir nos esforzamos por superarnos
y adquirir cosas que nos permitan tener estabilidad en todos los aspectos de la
vida. Para eso, nos proponemos hacer todo lo que está a nuestro alcance, sin
importar cuánto podamos esforzarnos; pero en realidad, ¿estamos en el camino
correcto? ¿Qué tan realizados podríamos llegar a ser bajo estas sendas?
En una ocasión, alguien me preguntó acerca de las prioridades que tenía en mi
vida, a lo que contesté con una
respuesta de múltiples opciones, y no muy convincente. Esa persona me aclaró
que si no había pensado mejor en enfocarme
y concentrarme en aquellas cosas que si eran mi prioridad. Es decir, todos los elementos que conforman nuestra
existencia son importantes, pero que el
eje principal de la vida consiste en detenerse a pensar en lo que es
realmente prioritario, en la herramientas fundamentales que me permitirán
alcanzar lo que realmente busco en la vida para que las cosas me salgan bien, y
no en la monotonía de trabajar hasta el cansancio sin rumbo fijo sin saber hacia dónde me dirijo.
Un
ejemplo de esto, son aquellos individuos que terminan una carrera universitaria,
y luego inician otra, pero al mismo tiempo hacen una o más maestrías o
especialidades. Al final, ¿son individuos más prósperos que aquellos que
terminaron una carrera y priorizaron en especializarse en la misma y ser súper
buenos en esta? Tal vez la respuesta sería que sí, pero esto no ocurre en la
mayoría de los casos. Lo más probable,
porque no existe un rumbo fijo en su vida profesional. Sin duda, una
mente plena no podría igualarse jamás a una mente llena.
En
el momento no entendí el análisis de aquella persona, pero luego me detuve a
pensar y comprendí, tanto tiempo me la
había pasado haciendo diferentes actividades, adquiriendo diversas
orientaciones, pero si un enfoque que se
adaptara a las necesidades que realmente eran más importantes que otras en
vida.
Comprendí, ¿de qué me había servido esforzarme por hacer cosas que en realidad no
producirán cambios en mi vida? ¿Por qué debo estudiar francés si en realidad mi
trabajo me pueden ascender de puesto si aprendo sobre edición de videos o puedo
ganar dinero extra haciéndolo? ¿O Por qué debo comprar un carro, si en realidad
lo que necesito es montar ese negocio que tanto he soñado? Priorizar es la
respuesta.
Debemos
organizar nuestras prioridades de acuerdo
a las cosas que signifiquen cambios relevantes en nuestra vida espiritual,
profesional, personal, y familiar. Y una vez categorizados trabajar en forma
ordenada y apasionada en crear cambios que nos permitan ser más felices,
estables y mejores en lo que en realidad nos gusta.
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